jueves, 17 de noviembre de 2016

Diario de un loco

Esos momentos en los que la vida te castiga a latigazos sangrientos sin látigo y sin sangre.
Esos momentos en los que caminas por la calle y una ráfaga de viento que te tira al suelo te hace ponerte de rodillas.
Y aguantar. Aguantar el dolor. Gritar y que nadie te oiga.
Pedir atención y que nadie te la dé.
Consumirte en el sollozo silencioso que aparece en la oscuridad de la noche.
Consumirte en la soledad.
Consumirte en delirios, quejas y risas de locura.
Crear un relato que no significa nada.
Crear una canción que lo signifique todo.
Ahogarse en la estructura de una celda, comiendo polvo y carne de rata.

Para luego volver a empezar y volver a leer este diario de un loco.

Ahogarse en la estructura de una celda, comiendo polvo y carne de rata.
Crear una canción que lo signifique todo.
Crear un relato que no significa nada.
Consumirte en delirios, quejas y risas de locura.
Consumirte en la soledad.
Consumirte en el sollozo silencioso que aparece en la oscuridad de la noche.
Pedir atención y que nadie te la dé.
Y aguantar. Aguantar el dolor. Gritar y que nadie te oiga.
Esos momentos en los que caminas por la calle y una ráfaga de viento que te tira al suelo te hace ponerte de rodillas.
Esos momentos en los que la vida te castiga a latigazos sangrientos sin látigo y sin sangre.

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