Está bien. Se acabó.

Está bien, se acabó.

Pusimos fin a la distancia, a los problemas, a dos años y a muchos sentimientos. Pero... ¿sabes qué pasa ahora?
Te recuerdo con nostalgia, como parte de mi, pero no te necesito.
Te recuerdo con odio por el fin de algo bonito, pero no te guardo rencor por ello.
Simplemente te recuerdo. Estuviste ahí, pero ya no estás ni para mi, ni yo para ti.
Un fin sin rencores, de los de "vete a la mierda pero sé feliz a tu manera". Así lo describiría.
Si de casualidad encuentras esto algún día por indagar en los recuerdos. Que sepas que no estaré para recibirte.
Y, aunque aún me duela un poquito, me mantendré firme y seguiré mirando atardeceres, aquellos con los que te quedabas boba.
Y, aunque ya no estés por un catastrófico final, espero que seas feliz allá donde vayas. Menos que yo, por supuesto. Yo soy el primero en mi vida.

Diario de un loco

Esos momentos en los que la vida te castiga a latigazos sangrientos sin látigo y sin sangre.

Esos momentos en los que caminas por la calle y una ráfaga de viento que te tira al suelo te hace ponerte de rodillas.

Y aguantar. Aguantar el dolor. Gritar y que nadie te oiga.

Pedir atención y que nadie te la dé.

Consumirte en el sollozo silencioso que aparece en la oscuridad de la noche.

Consumirte en la soledad.

Consumirte en delirios, quejas y risas de locura.

Crear un relato que no significa nada.

Crear una canción que lo signifique todo.

Ahogarse en la estructura de una celda, comiendo polvo y carne de rata.

Para luego volver a empezar y volver a leer este diario de un loco.

Ahogarse en la estructura de una celda, comiendo polvo y carne de rata.

Crear una canción que lo signifique todo.

Crear un relato que no significa nada.

Consumirte en delirios, quejas y risas de locura.

Consumirte en la soledad.

Consumirte en el sollozo silencioso que aparece en la oscuridad de la noche.

Pedir atención y que nadie te la dé.

Y aguantar. Aguantar el dolor. Gritar y que nadie te oiga.

Esos momentos en los que caminas por la calle y una ráfaga de viento que te tira al suelo te hace ponerte de rodillas.

Esos momentos en los que la vida te castiga a latigazos sangrientos sin látigo y sin sangre.

Espero que te vaya mejor que a mi

"Rara vez, cuando hace poco mas de un año que la conocí, pensé que todo sería perfecto. Yo la ayudaba, ella me ayudaba a mi, como hermanos. Superamos los grandes vacíos que da la vida juntos. Cambiamos ideales desde puntos de vista distintos. Traté de cuidarla, lo es todo. Pero a estas alturas, la ecuación no me sale como me gustaría:

Amigos + sentimiento + distancia - contacto físico = Pérdida.

Me entristezco de pensarlo, me mata el alma, me mata el cuerpo, a penas puedo no pensarla. Todo se me ha pasado muy rápido. No pude creer lo que vieron mis ojos, cuando traté de preguntarle como estaba, y por Whats App me acaba bloqueando. Supongo que desde tu punto de vista, ya no me necesitas, ya no te hago falta, ya no podré cumplir las promesas que hice...

Desde que empezamos al tiempo a hablar de nuevo, noté que no era lo mismo de
antes, faltaba algo, la chispa que le daba vida a nuestra relación, traté de darle vida a esa chispa, pero a día de hoy y por las cosas que solo tu y yo sabemos, prefiero guardármelos.

¿Qué te digo ahora? Si ves esto, quiero que sigas siendo feliz, quiero que sigas riendo y creciendo como lo has ido haciendo, has sido y aún eres alguien muy clave en mi vida y forma de ser. Recuerda que puedes superar cualquier obstáculo que te encuentres en tu vida, que no importa cuán grande sea el problema y que siempre hay solución. Me ayudaste cuando no había nadie más. Te voy a llevar siempre conmigo, igual que la carta que nunca llegó a su destino, a mi. Te voy a echar de menos hasta el fin de mis días.

Gracias.

Miércoles, 15 de Enero de 2014"